16 de diciembre de 2011

Review de Imaginaerum por la revista ROCKAXIS

Aqui les dejamos una crítica de IMAGINAERUM por parte de la revista Rockaxis


Luego de cuatro años de silencio discográfico, Nightwish regresa con una placa que se autodenomina como una verdadera “maravilla audiovisual”, y lo digo no sólo porque se trate de un disco que pretende incluir elementos nunca antes vistos en la banda, sino que también porque se trata de la musicalización del primer film de los finlandeses; un proyecto que se inserta en los recuerdos de un hombre que vive un mundo de fantasía pensando que aún es niño. Es así como nos posicionamos en algo que claramente es distinto todo lo conocido hasta ahora en historia de la banda.

Sin embargo, y para ser justos los con fanáticos más clásicos, este disco dista ostensiblemente de lo que previamente pudimos escuchar de la agrupación, causando respuestas tan positivas, como negativas. Y es cierto, “Imaginaerum” no es un disco fácil de escuchar, es un álbum que necesita digerirse de a poco, para que poco a poco te comiences a familiarizar con las múltiples orquestaciones, coros y líneas melódicas que sorprenden por su nivel de detallismo.

‘Taikatalvi’ inicia el relato musical con una caja musical a la que se le da cuerda y nos traslada a un mundo de fantasía que se mueve entre lo inocente y lo maquiavélico; sonidos que sirven de introducción para el exitoso single (n° 1 en ventas en su país) ‘Storytime’, que si bien tiene una musicalización muy melódica y pegajosa, la verdad es que la voz de Olzon es demasiado nasal y choca al presentarse, tanto que causa cierto recelo. En este tema, que no me parece la mejor elección para un sencillo, ya se asoman las primeras orquestaciones que acompañarán al disco en toda la placa.

Un inicio muy de la casa nos trae ‘Ghost River’, tema más clásico que se canta a duo con el siempre admirable Marco Hietala, conformando una canción que incorpora elementos industriales, teatrales y riffs completamente pesados, haciendo de ésta una composición que gusta por su compleja manifestación sónica. El asunto cambia por completo con ‘Slow, Love, Slow’, una veta desconocida en la banda; obra de Toumas Holopainen (como prácticamente todo el disco) donde esta vez Annete se luce con una voz dulce, intrigante y que tributa a esas canciones de los suburbios del jazz de los 30’ y -en cierta medida- el gusto del tecladista por la mítica serie “Twin Peaks” de David Lynch y Mark Frost. Una verdadera sorpresa para quienes están acostumbrados a escuchar el antiguo estilo de Nightwish y que acá se traslada a un género musical completamente distinto. ¿Bueno, malo? Eso es cosa de percepciones. Lo que es a mí me parece genial que una banda se atreva a explorar en otras vertientes y, pese a que no lo haga del todo bien, abra las puertas a crear en el futuro más y mejores canciones.

Por otra parte ‘I Want My Tears Back’, que cuenta con la participación del sesionista Troy Donockley en los vientos, incorpora de lleno el folklore celta a la música de esta canción que la verdad no me convence del todo. Me parece un poco liviana, repetitiva, falta de elementos que la hagan lucir de mejor manera y hasta un tanto forzada. Todo lo contrario a ‘Scaretale’, un tema oscuro, tétrico, incluso psicopático; una canción que musicaliza las pesadillas infantiles, agregando tantos elementos como sean posibles, cargando la composición que dobles bombos, orquestaciones de lujo y elementos casi traídos de películas de Hollywood. Siete minutos y medio que atraviesan por riffs potentes, ejecuciones realmente fantásticas y la impresionante interpretación de Annete Olzon, que debe ser una de las mejores canciones que ha cantado en toda su estancia en Nightwish. Realmente quedé impresionado por el nivel técnico y musical que se implementa en esta canción que a ratos tributa al mismísimo Devin Townsend. Uno de los puntos más altos de esta placa… sino el más alto.

‘Arabesque’ le hace honor a su nombre trayendo los sonidos de Medio Oriente a una canción sensual, a ratos oscura, algo alocada, insidiosa y totalmente instrumental; un espacio musical que se entiende desde el punto de vista audiovisual, pues está hecho especialmente para una parte de la película. Por otro lado, ‘Turn Loose The Mermaids’ comienza suave, incorporando nuevamente elementos celtas y con una Olzon que encanta con una dulce voz en la única balada que nos trae “Imaginaerum”. Asimismo, y manteniendo de cierta manera lo apesadumbrado del tema anterior, los riffs pesados de ‘Rest Calm’ dan continuidad a la producción con la oscuridad de una canción que se mueve entre parajes densos y otros de claridad melódica. Un muy buen duo entre Hietala y Olzon, que se desempeñan de gran manera en este mid tempo de toques heavy metal y arreglos orquestales, sobre todo en la parte final de la composición.

Marco se hace presente en las composiciones de este disco con ‘The Crow, The Owl And The Dove’, la única canción creada por el bajista, que si bien no es una balada como tal, guarda en su melodía esos elementos de una de las canciones más pasivas del álbum. Nada de otro mundo la verdad. Un duo entre los vocalistas de la banda que resulta agradable, pero nada más que eso. No obstante, la potencia nuevamente se apodera de “Imaginaerum” con ‘Last Ride Of The Day’, uno de esos temas de la casa que recuerdan los primeros discos de los finlandeses, pero esta vez con arreglos que lo transforman en uno de las mejores de la placa. Sin embargo, todo no podía ser perfecto, pues ese final con unos tonos más arriba está totalmente de más y lo único que hace es desdibujar la gran composición que debiese haber sido; además no era necesario alargarla.

‘Song Of Myself’ es una extensa canción dividida en cuatro actos, empezando bastante potente con riffs pesados y una Anette que nuevamente se luce en líneas melódicas que hasta traen guiños a The Gathering en algunas estrofas. Muy buen trabajo de los grandes coros y orquestaciones que de a poco van ganando protagonismo, en medio de diálogos propios del proyecto audiovisual de los finlandeses. Y para finalizar, la sinfónica de lleno interpretando una especie de “medley” en la canción que da nombre al disco, ‘Imaginaerum’, algo así como los créditos del álbum-película.

No es fácil escuchar un disco como este, lleno de elementos que perfectamente podrían llegar a saturar, pero que con el correr de los minutos se hacen cada vez más familiares. Por mi parte, sólo puedo invitarlos a oír una verdadera sinfonía, una obra que es tan radical, que dividirá a los fanáticos de la banda entre aquellos que prefieren lo clásico y los otros que gustan de la innovación. Si el objetivo de Nightwish era sorprendernos, claramente lo han logrado… y ahora, a esperar la película.
Rodrigo Bravo Bustos

http://www.rockaxis.com/metal/cdaxi/nightwish-imaginaerum/

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